3 veces se cruzó Alemania en el camino de Leo Messi, a quien el
desconsuelo embriagó ayer a pesar de ser elegido por la FIFA como el
mejor futbolista de un torneo en el que se citaban su propia ambición,
las ilusiones de la hinchada argentina y el recuerdo del triunfo de
Maradona en México’86.
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