Imagina un sitio oscuro, desconocido y además, lleno de osos
hambrientos dispuestos a devorarte. Seguro te da algo de miedo
enfrentarte a esos peligros. Entonces piensa lo que sintió Karina
Chikitova cuando se vio sola en un bosque de Siberia, con la única
compañía de su fiel perro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario