“A mi hija paralítica los soldados israelíes me la asesinaron a
sangre fría, y yo no pude salvarla” nos dice, mirándonos con sus ojos
claros velados por lágrimas de dolor, la madre de una muchacha
parapléjica, de apenas 18 años, masacrada en su silla de ruedas a tiros
de fusil por las fuerzas de ocupación sionistas durante la invasión
terrestre en Khuzaa, zona ubicada al sur de la franja de Gaza.
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