La historia recorrió las redes sociales: Kate y David, una
pareja australiana, esperaban gemelos prematuros. Todo iba bien hasta
que les informaron que el varoncito no había sobrevivido. De pronto su
alegría se convirtió en un profundo dolor, pero Kate tomó al niño y lo
puso desnudo contra su pecho, llamó a su esposo y le pidió que abriera
su camisa y le diera su calor. Él no entendía el pedido de su esposa,
pero lo hizo. Ambos le hablaron con ternura de su hermanita recién
nacida y de los planes que tenían para él, hasta que, según los
reportes, el bebe abrió los ojos y cogió la mano de su padre. El amor,
reza la moraleja de esta noticia, le había devuelto la vida.
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